José Maria da Fonseca en Setúbal, Cartuxa en Alentejo y Quinta de Vale Meão en el Douro son algunas de las grandes “quintas” portuguesas visitadas durante este primer semestre de 2019. Tres bodegas centenarias de memorable y recomendable experiencia enoturística…
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Pero antes de hablar de ellas, unos apuntes vitivinícolas sobre las regiones y las denominaciones de origen en las que se ubican.
En Setúbal, reina la “casta” o variedad de uva Castelão. La Castelão de Setúbal es compartida con Alentejo y Tejo, crece mejor en climas cálidos y suelos secos y arenosos. Se hizo muy popular bajo el nombre de Periquita, gracias a un productor nacido en el Dão que más tarde se estableció en Setúbal, José Maria da Fonseca, fue él quien la plantó en un viñedo en Cova da Periquita. El vino se hizo muy famoso en la región, y poco después en todo Portugal, así es como Periquita se asoció con la variedad de uva. Además Setúbal es conocida por sus grandes moscateles. De hecho, el mejor licoroso del Concurso de Vinos de Portugal de 2019 fue para Alambre Moscatel de Setúbal 20 años, de José Maria da Fonseca.
En Alentejo predomina la tradición portuguesa de elaboración de vinos multicastas en los que en los tintos frecuentemente intervienen la Aragonés (que es nuestra Tempranillo y que en el norte de Portugal es llamada Tinta Roriz), la Trincadeira, la Alfrocheiro (si bien ésta originaria del Dão) e incluso variedades extranjeras como la Cabernet Sauvignon y la Alicante Bouschet. Dan buen ejemplo de ello las grandes marcas catadas en nuestra visita: Pêra Manca, Cartuxa y el clásico recuperado Tapada de Chaves.
En el Douro son los maestros de los vinos “de lote” o ensamblajes de muchas y autóctonas castas, tales como la Touriga Nacional, Touriga Franca, Tinta Cão, Tinta Amarela, Tinta Francisca y Tinta Roriz, (variedad tinta más plantada en Portugal, si bien en el Douro es la Touriga Franca). Es en esta región donde encontramos algunos de los vinos históricamente más caros e icónicos, como el Barca Velha de Casa Ferreirinha. Otro gran y actual premiado ejemplo sería el Quinta do Vale Meão – Douro, Tinto, 2016 de F. Olazabal & Filhos, reconocido entre los TOP 30 de los Premios Grandes Escolhas 2018.
La bodega de José Maria da Fonseca en Setúbal
Secular y llena de contenido es la historia con la que se recibe a las visitas en la Casa Museo de José Maria da Fonseca en Azeitão, Setúbal. Con fachada decimonónica y jardines de ensueño por los que tengo la suerte de pasear y charlar con la persona de gran carisma que es Domingo Soares, enólogo administrador de la empresa (empresa que además cuenta con bodegas en el Douro y Alentejo) y sexta generación de la familia bodeguera de los Fonseca.
El recorrido de nuestra visita continúa por las antiguas bodegas de Adega da Mata y Adega dos Teares Novos, que alberga las barricas del famoso Periquita. Llegando por último a la Adega dos Teares Velhos, donde en “pipas” reposan tesoros de moscateles de Setúbal con más de cien años. Mientras, para su deleite y el nuestro, se escucha de fondo una celestial música de canto gregoriano. Algo de este mágico momento se puede apreciar en el siguiente vídeo:
Terminamos la visita en la zona de cata de la tienda de vinos abierta al público, donde además de la atractiva y extensa oferta vínica podemos adquirir otro producto estrella de la zona, que es el queso de Azeitão. Nos despedimos con el enorme privilegio de comentar con Domingo Soares su gran obra, los maravillosos generosos de la casa: Aguardente Espírito, Aguardente Velha Reserva 1964, Aguardente Mosca, Alambre 10 Anos, Alambre 20 Anos, Alambre 30 Anos, Alambre 40 Anos, Alambre Moscatel de Setúbal, Alambre Moscatel Roxo de Setúbal, Bastardinho de Azeitão 40 Anos, Coleção Privada Domingos Soares Franco Moscatel de Setúbal (Armagnac), Coleção Privada Domingos Soares Franco Moscatel de Setúbal (Cognac), Coleção Privada Domingos Soares Franco Moscatel Roxo, Moscatel Roxo 20 Anos, Trilogia.
Catamos algunos de los arriba citados y, por su exquisita rareza, mencionamos la cata del Bastardinho de Azeitão 40 años, elaborado con la uva tinta Bastardo, con tonalidades de oscuro caoba y nariz plena de frutos secos (avellanas, nueces) acompañados de notas balsámicas y especiadas, paladar redondo afrutado y con excelente acidez (ésa frescura que hace grandes a todos los moscateles de Setúbal…), final de cata prolongado,¡infinito!
Casa Museu Jose Maria da Fonseca
La Bodega Cartuxa en Alentejo
La “Adega Cartuxa-Quinta de Valbom”, que cuenta con 450 hectáreas de viñedo, fue un antiguo colegio Jesuíta situado junto al Convento de Cartuxa, donde ya en 1776 funcionaba un importante lagar de vino. Desde 2007 es la bodega de guarda de los vinos y la sede del Enoturismo Cartuxa.
La institución detentora de la bodega Cartuxa es la Fundación Eugenio de Almeida-FEA, además de la icónica marca Pêra Manca (el Barca Velha de Alentejo) cuenta la bodega con las marcas Scala Coeli, Cartuxa, Foral de Évora, EA y Vinea. Además, FEA, adquirió en 2017 la conocida marca de vinos de Portalegre Tapada do Chaves, recuperando así un clásico Top Alentejano desde la década de los sesenta del pasado siglo, vinos de viñas centenarias en suelos de granito, con especial microclima influenciado por la Sierra de São Mamede.
La Fundación Eugenio de Almeida fue fundada en 1963 por un hombre profundamente humanista, Vasco Maria Eugénio de Almeida, que adaptó la misión de hacer más por las personas. En sus más de 6000 hectáreas de tierra, con cada botella de vino o aceite comercializado en el mundo, la Fundación Eugénio de Almeida aún hoy produce y crea riqueza, invierte en el campo de las artes y de la cultura, de la educación y del patrimonio, de los servicios educativos y sociales, de la solidaridad y del voluntariado.
António Baptista, Wine & Olive Oil Ambassador de la Fundación, hermano de Pedro Baptista, enólogo de Cartuxa, nos recibe con una estupenda bienvenida que da paso a una completa visita a la bodega, e incluso catamos con parte del equipo comercial una buena representación de sus vinos y aceites, referencias top de altísima calidad. En el recuerdo todos, pero especialmente un Pera Mânca Blanco 2016, con binomio de variedades blancas autóctonas Arinto y Antão Vaz, que se expresó en nariz lleno de fruta y con lo mejor de la tipicidad de ambas castas, frescura y perfil mineral de la Arinto y notas florales de la Antão Vaz, equilibrado y con cuerpo en boca, largura y persistencia final. Sorprendió además un espumoso Cartuxa Reserva Brut 2010 y un Tapada do Chaves Tinto 2011 Vinhas Velhas, grato descubrimiento catar este clásico renovado.
Terminamos con un paseo por la preciosa ciudad de Évora, patrimonio de la humanidad y la única ciudad portuguesa miembro de la red de ciudades más antiguas de Europa. Nos asomamos con curiosidad y sobrecogido respeto a las rejas del convento de clausura de los monjes cartujos, otro momento especial el de poder conocer de primera mano parte de su impresionante historia. Y concluimos con un estupendo almuerzo, en el espacio – abierto al público- en el centro de Évora, y de muy recomendable visita: Enoteca-Restaurante Cartuxa-Évora
La bodega Quinta do Vale Meão en el Douro
La preciosa Quinta do Vale Meão (Finca del Valle del Medio sería su significado) fue la última obra de la mujer pionera del vino portugués que fue Antónia Adelaide Ferreira, proyecto que finalizó poco antes del fallecimiento de la querida Dona Antónia en 1986, coloquialmente conocida por “la Ferreirinha”.
La Quinta se encuentra en el centro de un meandro del Douro Superior, en Pocinho, Guarda, término de Vila Nova de Foz Côa, con 270 hectáreas de valle y parte de monte, de las cuales más de 60 son de viñedos y unas 40 de olivos.
Realizamos la visita acompañando a un importante grupo de comunicadores del vino de Portugal, guiados por el fantástico equipo de la revista Grandes Escolhas nos recibe con gran hospitalidad Jaime Olazábal, hijo de Francisco y gestor de la empresa junto con sus hermanos, Francisco y Luísa. La familia propietaria, Francisco Olazábal & Filhos, como su propio apellido indica tiene un interesante origen vasco, además de ser los hijos la cuarta generación directa de “la Ferreirinha”, mucha historia que contar que daría para un próximo artículo.
De la excelente cata y almuerzo ofrecido ante un impresionante paisaje douriense, compartir el especial recuerdo de un Vale Meão 2013 lleno de fruta y frescura, con notas violetas y un fondo especiado, de final aterciopelado y complejo. Y dos Oportos, orgullo de la casa, un Tawny Colheita Particular 1999 que era todo finura y buena guarda y un potente Vintage Port 2017, lleno de color y expresividad en boca. Sin olvidarnos de su delicioso aceite de Tras-os-Montes DOP, elaborado con las apreciadas variedades de aceitunas autóctonas Verdeal, Cordovil y Cobrançosa, pleno de aromas de hierba fresca y fruta verde, con paso de boca equilibrado, pero de intenso y elegante picor y amargor.
Y, porque hay imágenes que valen más que mil palabras, aparece en los archivos esta foto autoría de Viva o Vinho y nos despedimos con este gran recuerdo del momento compartido. ¡Salud! Saúde!!